26 de agosto de 2012


Imprevisto

En la calle nunca se sabe el destino. Una nube puede bajar al pavimento y llover de abajo hacia arriba. Un pájaro puede aparecer de repente en el asiento del copiloto e irse volando muy lejos dejándote sin saber a ciencia cierta a dónde vas. Una ramita me cae en el cabello, huele a mastranto. Una ola ha entrado sin avisar en el supermercado. En la calle, las seculares y nada novedosas ideas políticas se transforman en marketing publicitario de grupos y frases pop.
Y yo queriendo soñar despierta, no hay espacio para tanto ruido, en mi bolsillo solo cabe el sonido de tu voz.