26 de agosto de 2012



Barco faro

Sus besos rojos incendiarios en la quietud de la noche, en los aturdidos rezos de tocarse. Cada arrayán que navega por sus venas perfumando todo lo que en mi toca. Él, hombre él, habla y dice faro, yo mujer hablo y digo arrecife, nosotros hablamos y decimos ganas. Mueren las palabras y nace en deseo, el silencio