Swell

23 de septiembre de 2016

Caja de resonancia

Como en un extraño desvío, se confunde la noche con el día. Abrir el corazón como quien abre su caja de resonancia; y se revela una lumbre, una pequeña llama vibrante. El corazón como un cofre que se abre sin poder cerrarlo, sin principio y sin final, sin saber qué hacer con lo encontrado, sin saber como hilar las memorias atrapadas; en una confidencia remota comienza así la hazaña de templar la hoja de la espada con el fuego de tu propio cuerpo, el fuego de tu propia luz.
Se expande y se contrae el corazón de forma involuntaria, en una misteriosa danza ; y parece que brilla, ilumina todo adentro en imperceptibles intervalos de tiempo; cerrar los ojos, una brisa lenta cura y cubre el dolor como una manta : que hasta parece que llegaste a casa.